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Efectivamente, existen en la actualidad diferentes tipos de aceites esenciales, aunque todos comparten un aspecto en común: son pieza clave de la aromaterapia. Acerca de ellos se puede hablar de muchos asuntos como, por ejemplo, de dónde se extraen, cómo se utilizan o sus principales beneficios. ¡Y en este artículo vamos a intentar dar los detalles más importantes de las tres cosas!
Los aceites esenciales son...
A la hora de hablar de aceites esenciales nos referimos a compuestos concentrados que se extraen de las plantas y que capturan y conservan el olor, el sabor y las cualidades de la planta, es decir, la esencia. Estos compuestos aromáticos únicos dan a cada aceite su esencia característica y a ti te ayudan de varias maneras a crear un ambientazo.
Se obtienen a través de un proceso de destilación de la propia planta. Una vez que se ha hecho la extracción se combinan con un aceite para crear un producto listo para su utilización en difusores o sistemas inteligentes de aromatización.
¿Los aceites esenciales y las esencias aromáticas son lo mismo?
No, los aceites esenciales y las esencias aromáticas, tal y como te explicamos en este artículo con mayor profundidad, no son el mismo producto. La principal diferencia la encontramos en el método de creación: las esencias son 100% artificiales y se crean en un laboratorio. Esto nos permite crear olores de toda clase, hasta palomitas, gominolas o chocolate.
¿Qué tipos de aceites esenciales existen?
Respecto a los tipos de aceites esenciales, la lista podría ser muy larga, tanto como nos permita la propia naturaleza. Eso sí, los más habituales suelen tener las mismas finalidades. El ejemplo universal lo conforman los aceites esenciales que utilizamos para relajarnos, algo que se puede conseguir con el aceite esencial de azahar, que es uno de los más preciados a nivel mundial.
Siendo un poco más concretos, en el mercado se pueden encontrar cerca de un centenar de tipos de aceites esenciales de uso común. Todos ellos se asocian con un tipo de olor y cuentan con las correspondientes propiedades para el que disfruta de ellas. Seguro que de esta lista te suenan varios objetivos vitales:
· Mejorar la calidad del sueño. Es uno de las ambiciones principales cuando a ellos se recurre. Y lo mejor de todo es que hay varios tipos que te ayudarán en este terreno. Mandarino, hierbaluisa, manzanilla, etc.
· Reducir el estrés y la ansiedad. Todos en alguna ocasión hemos asociado un aceite esencial de lavanda a momentos de tranquilidad.
· Reforzar el sistema inmune. Para ello puedes optar por aromatizar tu casa con un difusor de aceites y usar uno de eucalipto.
· Mejorar la salud respiratoria. Un aceite de limón es capaz de limpiar el ambiente en el que respiramos durante muchas horas.
· Aumenta la vitalidad, ya que está demostrado que olores como la canela, naranja, el limón, tomillo, menta, albahaca, jengibre o romero tienen un efecto disuasorio sobre la fatiga y el cansancio.
Lejos de los potenciales efectos biológicos, también es posible usar los aceites esenciales como repelente de insectos (así te libras de emplear sustancias químicas dentro de casa) o neutralizador de olores (purifican el aire matando las bacterias y los hongos que los causan).
¿Cómo aumentar la efectividad de los aceites esenciales?
Para los aceites esenciales puedes utilizar los tradicionales humidificadores, o elegir soluciones algo más avanzadas y profesionales que cuidan mejor los aromas. Nebulair es el ejemplo perfecto: este sistema de micro-nebulización en frío convierte las recargas de Ambiseint de aceites esenciales en mini-partículas secas de aroma, menos pesadas que las del aire. Así se extienden mejor por las estancias y permanecen mucho más tiempo perceptibles al olfato debido a la elevada concentración que utilizamos en nuestros perfumes.
Desde aquí puedes contactar con nosotros y te explicamos cómo los beneficios de los aceites esenciales pueden ser un punto fundamental de apoyo en tu negocio, o cómo sacarles el máximo partido para vivir mucho mejor en casa creando el ambientazo que siempre has querido.